jueves, 15 de agosto de 2019


Hoy les regalamos CUENTOS SALUDABLES
¡Esperamos que los disfruten!

EL CONSEJO PERFECTO

ANITA COMÍA MUCHAS GOLOSINAS Y FORTACHÓN LE DIJO: _TIENES QUE COMER FRUTAS Y VERDURAS PARA NO ENFERMARTE.

CUENTO ESCRITO POR JONATHAN, NOLBERTO Y JOAQUÍN.

CUENTO SALUDABLE
Hace mucho tiempo había un chico llamado Juan, que vivía en el pueblo y un día, toda la gente del pueblo se fue  al campo Gioda y el papá dijo: Nos tenemos que ir al campo y Juan dijo: _¡no papá, nos quedemos aquí por favor! _Pero hijo... no nos podemos quedar aquí solos! _Bueno papá, vamos al campo a conocer al tío Pancho.
Un poco después llegaron y... asombrados, vieron que el tío solamente consumía frutas y verduras. Juan se puso muy muy triste. A la hora de comer, hizo un berrinche, porque no quería tomar la sopa que tenía verduras. _Pero... por lo menos come algo saludable. Dijo el tío y después se fue.
Cuando Juan estaba durmiendo, vino un hada mágica y le dejó un libro mágico. Al despertar, lo abrió y se encontró en un bosque donde habitaban las malvadas grasas. Ellas le dijeron:  _Tienes que comer grasas y le ofrecían carne con mucha grasa. El súper carbohidrato gritó: _¡NO! Lo rescató de las grasas y le dijo: _Chico! nunca te dejes llevar por las grasas! _Bueno, no lo sabía. Respondió  _Ok. Tú eres de la tierra? Preguntó El chico dijo: _Sí! _Aaah!!! Genial! Ven, te voy a mostrar al rey maíz.
El rey lo vio y dijo: OH niño, quien te trajo aquí? _Un libro! Que no sé quién me lo dio. Dijo el niño. _Pero chico... este lugar es muy peligroso! _Bueno rey maíz. Respondió el chico y se puso muy triste por su papá. Salió corriendo al bosque y se encontró con las vitaminas brujas, el colesterol maléfico, las malvadas grasas y la malvada azúcar del oeste. Neto el salvaje lo fue a buscar a Juan con  las vitaminas olvidadizas. Poco después lo encontraron y después Juan se fue a su casa, comió muchas muchas frutas y verduras. Desde ese día aprendió la lección y ahora es un niño muy saludable.


         FIN                          CUENTO ESCRITO POR VALEN


Cambia la chatarra por frutas y verduras 


Antonela una niña que vivía en la ciudad de Buenos Aires, se mudó al campo con sus padres y su hermana más pequeña de 7 años, Celeste, la que odiaba a los vegetales y las frutas ya que siempre comía alimentos chatarra. Cuando llegaron a la casa de sus abuelos, tenía un hambre fatal y al ver que no había nada de comida chatarra se desesperó, pero su abuelo frutas y verduras buscó, para que coma. La niña se resistía a probarlas.
Cuando la  anotaron a una escuela de campo llamada Gral. Martín Güemes, Celeste vio una escuela muy pequeña y un patio gigante. Se dio cuenta que los niños eran  diferentes a ella, eran más fuertes, inteligentes, rápidos y no se cansaban por nada. Conoció siete niños llamados Luciano, Rocío, Valentín, Axel, Jonathan, Nolberto y Joaquín. La niña Rocío con el niño Luciano, que se habían enterado de lo que comía Celeste, le prestaron un libro y le dijeron que lo cuide mucho y lo lea hasta la última letra, porque le iba a ayudar mucho.
Cuando la niña llegó a su casa, abrió el libro y empezó a leer. Pero... el  libro la transportó a un bosque mágico donde se encontró con... la olvidadiza proteína que le dijo: _Tú, niña, estas aquí porque necesitas alimentarte con frutas y verduras. De repente apareció la malvada azúcar del oeste que le dijo: __No le hagas caso amiga! tú debes consumirme a mí...
Apareció el sodio forastero que le dijo: _Mira niña, tú debes tener cuidado, tienes que consumir frutas y verduras! BASTA DE CHATARRA. Si quieres ser como los otros niños debes consumir lo que te he dicho o llegará el momento en que no podrás ni caminar. La niña se asustó, pero la olvidadiza proteína le dijo: _no te asustes niña! Sólo tienes que hacerle caso y nada malo pasará!  La niña dijo que siempre iba a comer frutas y verduras. El libro de regreso la trajo, aprendió del sodio forastero y al pasar un mes, al igual que los demás niños, estaba fuerte y contenta.
                                                                                                                       CUENTO ESCRITO POR ROCÍO

  


LA IMPORTANCIA DE LAS FRUTAS Y VERDURAS
JUANCITO, UN NENE  QUE VIVÍA EN EL PUEBLO, NO QUERÍA COMER FRUTAS NI VEGETALES.
SU MAMÁ Y SU PAPÁ LO LLEVARON A LA CASA DE SU TÍO, EN EL CAMPO, DONDE TENÍA SÓLO FRUTAS Y VEGETALES. JUANCITO SE PUSO TRISTE PORQUE LO DEJARON SOLO CON SU TÍO POR TRES MESES. ENTONCES SE ESCAPÓ AL BOSQUE DONDE ENCONTRÓ UN PUEBLO, PERO ANTES DE ENTRAR, LA MALVADA AZÚCAR DEL OESTE LE DIJO: _¡CÓMANME A MÍ!. PERO, NETO, EL SALVAJE, LO SALVÓ Y LE COMENTÓ QUE LA MALVADA AZÚCAR LE HARÍA MUCHO DAÑO Y TENÍA QUE EMPEZAR A COMER FRUTAS Y VEGETALES.
EL NIÑO VOLVIÓ. LAS FRUTAS Y VERDURAS COMIÓ. SE PUSO SANO Y FUERTE, Y CON SUS PADRES REGRESÓ.

FIN
CUENTO ESCRITO POR AXEL

La niña que comía comida chatarra   

Antonela una niña que vivía en la ciudad de Buenos Aires, se mudó al campo con sus padres y su hermana más pequeña de 7 años, Celeste, la que odiaba a los vegetales y las frutas ya que siempre comía alimentos chatarra. Cuando llegaron a la casa de sus abuelos, tenía un hambre fatal y al ver que no había nada de comida chatarra se desesperó, pero su abuelo frutas y verduras buscó, para que coma. La niña se resistía a probarlas.
Cuando la  anotaron a una escuela de campo llamada Gral. Martín Güemes, Celeste vio una escuela muy pequeña y un patio gigante. Se dio cuenta que los niños eran  diferentes a ella, eran más fuertes, inteligentes, rápidos y no se cansaban por nada. Conoció siete niños llamados Luciano, Rocío, Valentín, Axel, Jonathan, Nolberto y Joaquín. La niña Rocío con el niño Luciano, que se habían enterado de lo que comía Celeste, le prestaron un libro y le dijeron que lo cuide mucho y lo lea hasta la última letra, porque le iba a ayudar mucho.
Cuando la niña llegó a su casa, abrió el libro y empezó a leer. Pero... el  libro la transportó a un bosque mágico donde se encontró con... la olvidadiza proteína que le dijo: _Tú, niña, estas aquí porque necesitas alimentarte con frutas y verduras. De repente apareció la malvada azúcar del oeste que le dijo: __No le hagas caso amiga! tú debes consumirme a mí...
Apareció el sodio forastero que le dijo: _NO LE HAGAS CASO!!! sólo te hará mal y tendrás dolorosas caries.
La niña confundida no sabía qué pasaba, hasta que el súper carbohidrato le dijo: _Si comes comida chatarra no tendrás energía, fuerza, inteligencia, ni ganas; pero si consumes frutas y verduras tendrás más ganas de jugar, muchísima energía, serás muy inteligente y casi nunca te cansarás, además serás muy fuerte.
En ese momento la niña comprendió y dijo: _ESTÁ BIEN!!! Desde este momento comeré frutas y verduras. El libro la devolvió a su mundo y toda la familia se asombró al ver que comía comida sana.  Fin...
Moraleja: nunca comas comidas chatarra, frituras, etc.  porque te enfermarás y no es lindo enfermarse. Así que come frutas y verduras aunque no te gusten 

Cuento escrito por LUCIANO









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